“El tiempo pasa tan rápido…” es una de las cosas que más dice la gente, cuando le preguntan por el recuerdo de sus hijos cuando eran bebés.
Y es cierto. Como padre puedo decir que fue tan solo ayer que vi a mi hijo por primera vez, diminuto, feo, pero precioso, el mayor milagro de la vida, y lloré desconsoladamente.
Al pasar el tiempo mi hijo a cambiado sustancialmente, ahora, con casi 4 años, es todo un hombrecito, con relaciones en el kínder, con juegos, historias, fantasías, él vive su mundo.
A mí me queda el recuerdo, muchas de las fotos que tomamos en los primeros días nos llenan de sentimientos, nos evocan una ternura y un agradecimiento infinito a Dios.
Pero también agradezco la oportunidad que tengo de mantener fotos de él, en los diferentes momentos. Es importantísimo mantener esos recuerdos, imprimirlos, guardarlos cual tesoro son.
Hace unos días, mi madre, de 90 años, sufrió una caída. En el proceso de recuperación, mi hermana, limpiando el cuarto, saca cajas de fotografías donde estamos mis hermanos y yo, mis papás, tíos, primos, en fin, toda la tropa. Recuerdos inolvidables, pero vivenciables a través de las fotografías que por años ha mantenido mi mamá, en viejas cajas de zapatos.
Cuántos recuerdos permanecerán hoy, para la posteridad, de nuestra vida? De la vida de nuestros hijos? Se dice que habrá mucho más fotografías de nuestros antepasados, que los que tendremos nosotros. Cómo es eso posible, en una era en que casi todo el mundo tiene una cámara en la mano? Sea sincero, cuántas fotografías de momentos preciosos ha perdido en viejos celulares que se dañan, en computadoras que nos roban, en discos duros que formateamos?
Hoy que todos tenemos una cámara en la mano, y formas muy sencillas de guardar las imágenes, tenemos la mala costumbre de no imprimir estas fotos, con lo que con mucha facilidad, perdemos esos recuerdos valiosos.
Pero no sólo eso. Cuántas veces hacemos un recorrido por nuestros archivos, viendo fotografías digitales viejas? Casi no tenemos ese tiempo, las fotografías quedan enterradas en capas y capas de información.
Para cambiar esto, necesitamos cambiar nuestra forma de pensar con respecto a la fotografía. Hay que hacer sesiones de fotos, imprimirlas, regalarlas, intercambiarlas. Tenemos que revertir la tendencia de que sobrevivirán menos fotografías nuestras que de nuestros antepasados, decorando nuestras oficinas, nuestra casa, y en fin, nuestra vida, con fotografías impresas de sesiones de fotos, tomadas por fotógrafos con conocimiento. Llenemos nuevas cajas de zapatos con nuevas fotografías, que nuestros hijos y nietos sacarán de algún closet, para rememorar esos viejos momentos. Es un deber moral, una deuda para con nuestros descendientes.
Cuándo fue la última vez que hizo una sesión fotográfica con su familia? Su Esposa o esposo, sus hijos, vestidos y peinados para la ocasión? Hace cuanto no le regala a su madre, una foto de los nietos? Cuántas fotos de la familia tiene en su escritorio?
Ahora tenemos la oportunidad de tener fotos en nuestra Jarra de café, en un plato en la alacena, en un vidrio de pisapapeles en el escritorio, en un marco bonito en una pared, ahora más que nunca es más fácil imprimir fotografías enviándolas por Internet, y recibiéndolas en su casa u oficina.
No lo deje para más tarde, agende su sesión hoy, imprima esas fotografías que mantiene en su celular, aliste esos regalos para la familia, con fotografías tan valiosas, que la gente las guardará en viejas cajas de zapatos en algún closet, para la posteridad.